Formación Permanente
La formación permanente es la continuación por toda la vida de la formación religiosa inicial, para llevarla a la perfección y para adaptarla a los signos de los tiempos (PC 18; C661).
Ya que la Vida Religiosa está ordenada a velar para que sus miembros sigan a Cristo y se unan a Dios con la profesión de los Consejos Evangélicos, es necesario tener bien presente que las mejores formas de actualización no podrán tener éxito, si no están animadas por una renovación espiritual, que tiene siempre también el primer lugar en las obras externas de apostolado (PC 2, e)